La pandemia del coronavirus ha generado una gran crisis económica que podría terminar en una depresión comparable a la vivida tras la Guerra del Pacífico o la Gran Depresión Mundial de 1929.

Según la Encuesta Permanente de Empleo del INEI, la Población Económicamente Activa ha disminuido 47.6% entre marzo y mayo del año 2020 respecto del 2019, lo que significa que 2.3 millones de personas han pasado a ser no activas para el trabajo o consideradas no aptas para el trabajo, lo que golpea básicamente a los jóvenes y a los mayores de 45 años.

Los sistemas de pensiones no garantizan un ingreso digno para vivir a quienes se jubilan tras 20 o 30 años de trabajo, sino que sus aportantes son empujados a elevar los índices de pobreza y extrema pobreza.

La pandemia ha causado una caída en el empleo de alrededor del 50% en Lima Metropolitana, donde se han perdido 2.3 millones de puestos de trabajo. En el plano de la economía golpea fuertemente a quienes se debería proteger y en los hechos se camina a abandonar a nuestros mayores.

Tenemos que hacer mucho para que los que siendo vulnerables, ya no tienen la oportunidad de trabajar. Recordemos que una sociedad que ignora y desampara a sus antepasados, no tiene futuro.