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La selección peruana ya conoce a sus rivales para la fase de grupos de Rusia 2018. Francia, Dinamarca y Australia componen, junto con la bicolor, el grupo C. El sorteo se vivió como una auténtica fiesta; sin embargo, a medida que se iban conociendo los rivales, viejos fantasmas y taras ancestrales se comenzaron a tomar forma nuevamente entre nosotros. 

Se comenzó a ser fatalista en algunos casos y, en otros, a envidiar la suerte ajena, a creer que, si hubiéramos formado parte de otro grupo la pasaríamos mejor.

Es extraño darse de cara con esa realidad nuevamente; es la constatación de que la clasificación no cambió en nada nuestra forma de operar en función a la selección: nos mostramos inconformes, caóticos y hasta dramáticos respecto de lo que nos espera. Hay quienes, incluso, dan por sentado que a Perú le irá mal, que en el sorteo la suerte no estuvo de nuestro lado y que, en esta ocasión, la de Maradona no fue la mano de Dios, sino la de un demonio despiadado.

¿En qué nos basamos para llegar a tal conclusión?, ¿en que Francia es una potencia, en que Australia es un equipo respetable -más si se tiene en cuenta que ante Nueva Zelanda hubo momentos de incertidumbre- y en que Dinamarca tiene una propuesta simple pero poderosa, de mucho físico y juventud? Tristemente, no. Nos basamos en lo de siempre, en la nada, en la premisa de pensar que siempre nos tocará bailar con la más fea, pase lo que pase.

La pregunta ante esta actitud es simple y se cae de madura: para nosotros, ¿cuándo fue fácil? Acabamos de dejar la vida ante una selección que nos hizo pasarla mal por algunos momentos; pero ante ellos jugamos con la misma actitud, exhibiendo las mismas armas que si lo hiciéramos ante una selección top. 

Perú no tiene nada que esconder, no está para mirar a ninguna selección por encima del hombro, aunque tampoco para que otras selecciones lo subestimen.La mejor arma de Perú, más allá de su propuesta futbolística, es esa tendencia a no ser favorito, ese desconocimiento que los rivales de turno suelen acusar, esa preferencia al momento de elegir contrincantes en comparación a diversos equipos de Sudamérica. 

Es evidente que para Australia, Francia y Dinamarca es mucho mejor tener que enfrentar a Perú en lugar de Uruguay o Colombia. Y eso, para nosotros, debe ser una ventaja. Que festejen, que se alegren y la pasen bien, que se sientan distendidos.Perú ya sabe a quiénes enfrentará en Rusia 2018. 

Con base en la metodología de trabajo de Gareca y compañía, los meses que vienen ya deben estar planificados en función de las características de esas selecciones. Nunca fue fácil para Perú, jamás. Perú no debía vencer a Brasil en la Copa Centenario, no debía golear en Asunción, ni ganar en Quito, ni sacar un empate en Buenos Aires… Perú no debía estar en el Mundial. Así es: sigamos con esa tendencia y digamos que Perú no debería avanzar a octavos.