El gobierno está aprovechando que el Tribunal Constitucional (TC) restituyó el indulto de Alberto Fujimori para reintroducir un discurso que el ahora presidente Pedro Castillo Terrones mantuvo durante toda su campaña y que cambió una vez que pasó a segunda vuelta: acabar con las instituciones.

No olvidemos que cuando pretendía la Presidencia de la República, Castillo y compañía pedían el cierre del mismo Tribunal Constitucional, la eliminación de la Defensoría del Pueblo y de otras instituciones.

A la afiebrada perorata del presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, contra el Tribunal Constitucional en la que incluso manifestó que esta institución debería desaparecer, se suman los mensajes del dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, quien sostuvo que este fallo del TC representa “una magnífica oportunidad, ante los ojos del pueblo peruano, para que el presidente Pedro Castillo proceda a una reforma judicial integral en el país”.

Recordemos que otro gobierno que reformó -y copó las instituciones judiciales de manera nefasta- fue el mismo régimen fujimorista, y ya conocemos cómo acabó esto.

En el país la historia es cíclica, bien harían Cerrón, Castillo y Torres en no olvidar que hoy detentan el poder, pero que mañana podrían estar presentando un habeas corpus para salir en libertad y para eso, se necesitan instituciones fuertes que no estén supeditadas a la gestión en turno.