Los océanos son fundamentales para la vida en la Tierra: producen más del 50% del oxígeno del mundo y regulan el clima. Naciones Unidas reconoce que con la pesca sostenible o el ecoturismo asociado al mar, los países han aumentado el empleo y mejorado el estado nutricional de la población.

Es tarea de todos por tanto proteger nuestros mares, más aún al contar con una costa privilegiada por sus recursos marinos, y donde la pesca para consumo humano directo se produce principalmente dentro de las cinco millas próximas al litoral.

Sin embargo, ¿hasta cuándo vamos a seguir contaminando el mar con nuestros desagües y basuras?

Nuestros desagües, según informe de SUNASS del 2022, producen anualmente cerca de 1200 millones de metros cúbicos de aguas residuales. Solo el 69% de ellos recibe algún tipo de tratamiento básico antes de ser arrojados a los ríos o al mar. El 31% restante desembocan directamente.

Existen 50 grandes empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS). En el caso de Lima, SEDAPAL tiene concesionadas las plantas de La Chira (en Chorrillos) y Taboada (en el Callao), que son inversiones en la dirección correcta, pero solo eliminan sólidos grandes.

Un reto pendiente para cuidar nuestros mares es reconstruir sustancialmente las EPS de provincias; quienes deben tratar adecuadamente los desagües antes de verterlos; mejorar su suministro de agua potable en calidad y cantidad, mejorar su gestión en general y capacidad técnica; lo que implica por supuesto mejorar gradualmente sus tarifas. No solo lo decimos nosotros; son recomendaciones de la OCDE.