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Las consecuencias que traerá la “Ley Mulder”, que impide la contratación de publicidad del Estado en medios privados, serán graves. El Estado necesita comunicarse con la población, y la manera más rápida y costo-eficiente son los medios privados, por los niveles de audiencia con los que cuentan. Tenemos que reconocer que los gobiernos han utilizado mal este recurso, pues son pocas las campañas de comunicación que han logrado un verdadero impacto. Aun así, esta ley no se justifica, pues sería lo mismo que el Parlamento prohibiera contratar la construcción de una carretera porque no es capaz de definir si esta es realmente necesaria. La comunicación del Estado debe tener objetivos claros, cuyos resultados deben medirse con objetividad; y si estos no se logran, sancionar a las autoridades que utilizan mal el recurso, pero de ningún modo prohibirlo.

Es importante reconocer que el sistema de contratación de publicidad del Estado no permite que este acceda a las mejores condiciones de contratación, lo que lamentablemente ocurre con mucha frecuencia en los productos y servicios que el Estado adquiere. Pero esto tampoco justifica esta ley. Es como hacer una ley para prohibir construir carreteras porque el Estado acepta adendas millonarias difíciles de justificar.

Debemos entender que esta ley no beneficia a los ciudadanos; por el contrario, perjudica principalmente a aquellos peruanos de bajos recursos y que tienen dificultades para acceder a la información. Lamentablemente, la “Ley Mulder” consigue esconder detrás de argumentos falaces dos objetivos: impedir que el Gobierno comunique sus logros a la población, aislando aún más a Vizcarra, y, lo peor, debilitar económicamente a muchos medios de comunicación, sobre todo a los más pequeños y a aquellos ubicados en las provincias, debilitando el principal recurso con el que cuentan los ciudadanos para balancear el poder del Estado y del Gobierno: la prensa libre. Esto posiblemente motivado por querer gobernar sin una prensa incómoda o por cobrar la deuda que Fuerza Popular siente que tiene con la prensa, pues la culpa de haber perdido las elecciones.

Esperemos que el país no olvide estas actitudes en los próximos comicios.