Irónico ver al presidente Pedro Castillo pontificando sobre educación como parte de su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, cuando en la biografía oficial del mandatario publicada en los portales de todas las entidades públicas, se destaca que el hombre –muy orgulloso él– saltó a la luz pública por encabezar una huelga en 2017, la cual resultó nefasta para miles de niños y jóvenes de la escuela pública.
El jefe de Estado, investigado por el Ministerio Público por el plagio de su tesis en la Universidad César Vallejo (UCV), es la persona menos indicada para hablar de educación y de las urgentes necesidades que la afectan. No olvidemos que la huelga de 2017 buscaba eliminar las evaluaciones a los docentes, con lo que se condenaba a los escolares más pobres del Perú a tener profesores de mediocres para abajo, a los que encima había que aumentar el sueldo a cambio de nada.
En lo que va del gobierno, el sector Educación ha tenido tres ministros. Al actual se le acusa de haber plagiado el 70 por ciento de su tesis, y el anterior fue censurado por incompetente y por andar pensando más en pugnas sindicales que en hacer gestión. El domingo último Castillo ha nombrado como jefa del Programa Nacional de Becas (Pronabec) a María Tarazona, también bajo pesquisas por plagio y obligada a renunciar a un puesto anterior por falta de calificaciones.
Dicho esto, habría que ver qué tantas lecciones de educación puede dar en Nueva York el profesor Castillo, quien más se la ha pasado de licencia sindical que frente a un aula, para luego formalizar su propio gremio de docentes radicales y que se niegan a ser evaluados, tras colocar como ministro de Trabajo y Promoción del Empleo a un personaje señalado en su momento por la policía como autor de atentados terroristas en Ayacucho.
Es verdad que a lo largo de la historia, la educación ha sido la última rueda del coche. Los “inocentes” quisieron creer que con un profesor en Palacio de Gobierno la cosa podría cambiar. Sin embargo, hoy está claro que un mandatario tan limitado como Castillo, que se empeña en rodearse de prontuariados, incompetentes y buenos para nada, todos con el único “mérito” de ser amigos, paisanos y escuderos incondicionales, no podrá llevar el sector a ningún lado.