Los días de la Madre se vuelven una suerte de tema comercial, pero deberían servir también para reflexionar sobre lo que significa ser madres en una sociedad como la peruana.

Las madres en el Perú tienen, definitivamente, la carga de los hijos. Cualquier error cometido por los hijos es reprochado a la madre. ¿Dónde estará su madre? ¿Qué le habrá enseñado su madre en su casa? Y así. Nunca se les imputa a los padres el quehacer de los chicos.

Los hijos son cuidados por las madres, a pesar de que la legislación laboral poco a poco va reconociendo que los hijos son de dos, permitiendo, por ejemplo, que los padres puedan tomar días de permiso cuando nace un hijo.

Las madres llevan a los hijos al colegio, los visten, los educan y muchas veces les enseñan las tareas de la casa que deberán hacer para apoyar al hogar. Cuando los padres envejecen, son los hijos quienes los cuidan, generalmente a las madres.

Así, es muy importante que los hijos aprendan de las madres, pero también de los padres, pues estos no deben extraerse de la responsabilidad de ser padres, cosa que en el Perú sucede muy a menudo. Así, frente a un divorcio, las madres se llevan a los chicos y muchos padres se desentienden de su mantenimiento y formación en adelante.

El matrimonio es de a dos y a los chicos se les debe criar de a dos, aunque las parejas terminen divorciadas. Dejarle a la madre toda la responsabilidad solo hará chicos a los que les falte el contacto con el padre y, cuando ellos sean padres, podrán repetir la historia y se formarán sociedades débiles sin figuras paterna y materna, ambas necesarias para formar un ser humano completo.