Hoy acaba la Cumbre del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que, para la gran mayoría de limeños, ha significado un fin de semana largo, nada más. Para otros, en cambio, ha posicionado al Perú como un país donde, con seguridad y eficiencia, se pueden llevar adelante eventos de magnitudes importantes.

La verdad es que ha servido de vitrina internacional. La BBC y CNN no han dejado de referirse a estas reuniones, que juntaron a lo más importante de la economía mundial para discutir el pasado y el futuro de aspectos relacionados con pobreza, crecimiento, democracia, globalización y otros relevantes.

El Perú demostró que es capaz de hacer las cosas bien. Los invitados encontraron un país de gente cordial, con un impecable servicio al visitante que se inició en el aeropuerto Jorge Chávez y siguió en el Banco de la Nación, donde se levantó un espectacular Centro de Convenciones con una organización de país del Primer Mundo dándoles atención en sus necesidades.

El Fondo Monetario y el Banco Mundial han concluido que seremos de los países que más crecerán en América Latina, que tenemos una baja inflación, poca deuda y reservas, y que con un poco de esfuerzo creceremos más de 3% el año que viene.

¿Son buenas noticias? Seguro, pero no podemos conformarnos con ellas porque hay dos variables importantes de efecto impredecible: el fenómeno El Niño y las elecciones. El Niño, que ya nos afecta, puede en el verano tener efectos devastadores. Puede también seguir como está hoy, lo que sería lo mejor para la economía. En cuanto a las elecciones, lo único que debemos pedir es que Dios siga siendo peruano y que gane el mejor.