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Ni asesores de tesis ni especialistas en métodos de investigación. Esa chamba se la dejamos a los que saben, quienes en su mayoría defienden el derecho de todo estudiante, intelectual, científico, o ser humano en general, a elegir el objeto de estudio o tema que mejor le plazca para desarrollar una tesis y así poner broche de oro a un periodo académico. ¿Y por qué hablamos de este tema supuestamente ajeno a los trajines del espectáculo? Pues por la polémica que se generó esta semana en las redes sociales al revelarse en un portal local el título de una tesis que le valió la felicitación del jurado a una alumna de una universidad local y que lleva como título “Análisis de la reconciliación entre Sheyla Rojas y Antonio Pavón transmitida durante el programa Combate”. Y es que inmediatamente después que el asunto saltó a las redes se incendió la pradera, se generó una gran hoguera de indignación ante tamaño despropósito, por elegir a dos integrantes de un reality para llevarlos a un terreno que no merecen. Y aquí es donde sí queremos meter nuestra cuchara. No vamos a opinar sobre si el referido trabajo de investigación está a la altura, quedó a la mitad de camino o si es una verdadera proeza en materia de análisis de contenidos televisivos; eso lo dejamos a los expertos. Lo que sí queremos criticar es que en tiempos en los que la televisión evoluciona, y no solo a nivel tecnológico, se siga calificando a todo lo que se ve en la pantalla chica como de poca importancia, que no merece nada, menos un estudio serio. Si ponemos a trabajar nuestro sentido común, entenderíamos que los programas que merecerían un análisis de cualquier ángulo, para conocer por qué son los más vistos por la juventud, niños y amas de casa, son estos realities de competencia. Si hay un tema que debería motivar a los que estudian comunicación hoy, es investigar si los romances que se generan en estos espacios son reales o manipulados por los encargados de producción para generar audiencia e ingresos. Hoy más que nunca nos gustaría saber por qué los participantes de estos programas han desplazado a los protagonistas de las telenovelas como figuras mediáticas y en el rubro de los influencers son los que lideran y por ende los que mayores ingresos generan. Hasta a los que quieren sacar esos contenidos de la pantalla porque los consideran “nocivos” para su público objetivo, les ayudaría saber qué hay detrás de los realities para así preparar programas que les den un buen “combate” y los desplacen. Ya saben.