El 2023 fue considerado como el peor de los últimos 25 años para el sector pesquero industrial. Incluso la FAO en el “Estado Mundial de la Pesca y Acuicultura 2024 – SOFIA”, publicado recientemente, concluye en que se redujo el hábitat y la disponibilidad de alimentos de la anchoveta por el calentamiento del mar en el 2023, “lo cual repercutió negativamente no solo en los medios de vida locales e ingresos por las exportaciones en Perú; sino también en la acuicultura a nivel mundial porque la anchoveta peruana es una importante fuente mundial de harina y aceite de pescado”.

Así, la pesquería de anchoveta, que es relevante para la alimentación mundial, también lo es para el desarrollo socio económico de nuestro país. Según INEI, solo en el mes de abril de este año, el PBI nacional creció en 5,28% respecto al mismo mes del año pasado, representando el mayor crecimiento mensual de los últimos 30 meses; un crecimiento motivado, entre otros factores, por el inicio de la reactivación del sector pesquero.

En efecto, solo en abril, la pesca creció 158.40% con respecto al mismo mes del 2023 por la oportuna apertura de la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona centro norte. Si bien estas cifras muestran el inicio del proceso de recuperación de la pesca, el camino aún es largo debido a las fuertes pérdidas del año pasado, a pesar del importante esfuerzo realizado por las empresas para mantener los puestos de trabajo.

Por último, la FAO ha previsto que la población mundial alcance los 8,500 millones de personas en el año 2030; por ello, el desafío es suministrar alimentos y medios de vida suficientes para esta población en aumento, lo cual requiere que la pesquería peruana de anchoveta se mantenga estable y saludable. Por ello, estamos comprometidos en la sostenibilidad del recurso.

TAGS RELACIONADOS