La reciente advertencia del señor Walter Gutiérrez, presidente del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del JNE, en el sentido de que ciertas fuerzas vienen incitando a un golpe de Estado, no puede ser pasada por alto. Se trata de una situación muy seria y obliga a la ciudadanía a pensar y sobre todo actuar responsablemente. Algunos intereses a los cuales representa el fallido candidato Guzmán claman por una postergación de las elecciones, en directa confrontación con las Constitución política que nos rige, e incluso se esgrimió la palabra “fraude” sin presentarse prueba alguna de ello; indudablemente, induce a una incitación a un golpe de Estado. Pero ello no es nada nuevo. En Lima, ciudad donde los rumores corren más rápido que las noticias, ya venía comentándose al respecto. Estos rumores sindicaban directamente a Palacio como el gran gestor, y la verdad es que los hechos han venido corroborando los rumores. La pareja presidencial aparentemente es la más interesada en que se produzca una interrupción al proceso democrático, lo cual sería una manera de evitar los procesos en que se verá envuelta al final del periodo presidencial, pero principalmente la esposa del Mandatario. El caos en que se ha visto envuelto el proceso electoral ha sido propiciado por la ley promulgada a última hora por el jefe de Estado. Esto evidentemente nos hace pensar que todo ha sido pensado y planificado, no han sido cosas del azar. A ello se ha sumado la aparente irresponsabilidad de varias encuestadoras acompañadas por los periodistas caviares que se hallan enquistados en todos los medios audiovisuales, quienes manipulan la información según sus propias tendencias en perjuicio de un determinado candidato.