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En los días previos al debate por la vacancia que casi le cuesta el cargo, el presidente Pedro Pablo Kuczynski dejó de lado su postura inicial de negarse a declarar a la comisión “Lava Jato” del Congreso y aceptó someterse al interrogatorio de dicho grupo de trabajo sobre sus nexos con la constructora brasileña Odebrecht. Sin embargo, tal como informamos el domingo en Correo, Palacio de Gobierno aún no fija fecha ni hora para la reunión.

Pero lo peor es que mientras la comisión sigue esperando la respuesta del Poder Ejecutivo para llevar a cabo el interrogatorio, se ha sabido de nuevas reuniones entre el actual gobernante y Jorge Barata, ex hombre fuerte de Odebrecht, entre los años 2004 y 2005, durante el gobierno de Alejandro Toledo, que es precisamente cuando se pagaron coimas para ganar licitaciones y ejecutar millonarias obras.

El presidente Kuczynski debería darse cuenta de que está sembrando más dudas sobre su accionar y sus nexos con la empresa corruptora brasileña, pues si no hay nada que ocultar, debió ser el primer interesado en responder las preguntas del Congreso sobre su participación en la ejecución de algunos tramos de la Interoceánica Sur, que es materia de dudas. ¿Por qué la dilación? ¿Por qué no decir “aquí y ahora responderé todo lo que sea necesario”?

En Palacio de Gobierno, el Mandatario y quienes lo aconsejan deberían recordar que la vacancia no se dio en diciembre último por un acuerdo bajo la mesa con un sector del fujimorismo encabezado por Kenji Fujimori para canjear votos por el indulto de Alberto Fujimori, y no porque la mayoría del Congreso haya estado convencida de su limpieza, pues los nexos entre Odebrecht y la consultora del Presidente en sus tiempos de ministro de Toledo están demostrados.

El congresista oficialista Gilbert Violeta ha dicho que el interrogatorio al presidente Kuczynski sería entre el 10 y 17 de febrero. Sin embargo, debería darse antes. Ya ha pasado más de un mes, y mientras más tiempo transcurra, más dudas habrá. Si no hay nada turbio ni nada que ocultar, la diligencia debería ser esta misma semana. Si no es así, que luego el Ejecutivo no se queje de los reclamos de la oposición y de la ciudadanía, ni de las bajas en la aceptación ciudadana.