En medio de una permanente crisis política, el gabinete ministerial presidido por Mirtha Vásquez se presenta hoy ante el Congreso en busca del voto de confianza. En tiempos de desgobierno, producido por un presidente sin liderazgo y ministros desacreditados, la confianza se hace cada vez más intransferible.

La salida del ministro del Interior, Luis Barranzuela, ha intentado calmar los ánimos para no arriesgar el voto de investidura, sin embargo, nombrar en cien días al tercer titular de una cartera clave para la paz social y la seguridad ciudadana, solo demuestra la improvisación del Ejecutivo.

Se sabe que el Congreso tiene una influencia importante en la configuración del tablero político nacional. Hoy tiene la gran responsabilidad de ponerse a la cabeza de las instituciones nacionales para garantizar un Gobierno coherente y claro, de acuerdo al Estado de derecho y los principios democráticos. Los parlamentarios deben coincidir en torno a la idea de que hay que hacer algo antes que sea demasiado tarde. Es cierto que el conocimiento, la transparencia, la capacidad de diálogo y la generosidad son importantes para conciliar todos los intereses en el Parlamento con el mínimo de conflicto, pero hoy también se necesita firmeza para dirimir sobre el voto de confianza. Esta jornada es una invitación para ponerse de acuerdo en los puntos de vista y acciones que promuevan un nuevo rumbo que el país exige.