GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Donald Trump, el virtual candidato republicano a la Casa Blanca -deberá ser nominado como tal en la Convención Nacional del mes de julio próximo-, es realista. Sabe de sus fortalezas como de sus debilidades. Ha seguido cuesta arriba una campaña en la que nadie creía que lograría posesionarse como el hombre elegido para competir para la más alta investidura de los Estados Unidos de América. Trump no es ningún tonto. Está en una etapa de las elecciones en que solo debe saber sumar votos y adhesiones para lograr la victoria. Luego de reunirse con una periodista a la que había vapuleado durante los primeros meses de las primarias buscando aires de reconciliación, acaba de sorprender a toda la clase política del país más poderoso del planeta, al promover sin tapujos un acercamiento al mayor gurú de la diplomacia estadounidense: Henry Kissinger. Se trata de una jugada que podría ser maestra y donde Trump quiere apuntar con enroque corto, primero para ganarse la simpatía de los sectores recalcitrantes del Partido Republicano, en buena cuenta, la élite partidaria conocida por sus manifestaciones ultraconservadoras, y por supuesto, de la inmensa cantidad de adherentes, también republicanos, con el objeto de afirmar el serio proceso de legitimación para su candidatura. Resulta inteligente la movida de Trump porque el nonagenario Kissinger es uno de los personajes más respetados en la historia política y diplomática del país del siglo XX. De hecho, los gobernantes de EE.UU. en las últimas 4 décadas lo han consultado antes de tomar decisiones de Estado. Trump quiere borrar la imagen de ser un político excéntrico para alzarse más bien como una posibilidad de ecuanimidad en los destinos de los EE.UU. Habrá que esperar en las próximas semanas para ver el impacto de esta táctica del todavía precandidato porque Kissinger, que se las sabe todas, no le dará cheque en blanco de una manera tan fácil. Tendrá que ganarlo y esa es su nueva y prioritaria tarea.