GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

La anulación del indulto del expresidente Alberto Fujimori ha crispado la escena política nacional, a pocos días de las elecciones municipales y regionales en todo el país, y en medio de las discusiones del Congreso para aprobar las reformas constitucionales planteadas por el Ejecutivo.

Los parlamentarios de Fuerza Popular, anteriormente críticos con el expresidente Pedro Pablo Kuczysnki por otorgar el indulto a Fujimori, ahora protestan contra la decisión del Poder Judicial que lo devuelve a prisión. Si no han cambiado de pensamiento, por lo menos han cambiado de discurso. Esto ha generado controversia y algunos creen que se da por algún cálculo político.

En este contexto, el deseo de los peruanos que se instaure la mesura, la cooperación y el acuerdo en la clase política para solucionar los grandes problemas del país parece una utopía. Es que la persistencia de muchos factores negativos hace que gobernantes y legisladores se aparten de estos objetivos.

Si había intereses en pugna y visiones y expectativas que se enfrentaban por el asunto de las reformas, esto se ha agravado con la abierta confrontación del Ejecutivo y el Legislativo. Por ejemplo, el último miércoles en el Congreso se escuchaban frases como la del legislador Víctor Andrés García Belaunde, quien emplazaba al presidente del Consejo de Ministros casi gritando: “Que venga César Villanueva, que dé la cara, que no sea cobarde”, para que sustente la posición del Gobierno. Es evidente la desesperada agresividad y el largo conflicto entre poderes del Estado. Hay que ser más proactivos, porque de los aciertos o errores de los políticos depende en gran parte el destino de los peruanos.

TAGS RELACIONADOS