Una de las grandes prioridades del gobierno del presidente Martín Vizcarra para el 2020 debe ser apuntalar la economía y revertir el modesto 2.6% de crecimiento que se estima lograr este año que termina, pues con una cifra así, por más que sea "la envidia" de la región y esté por encima del promedio global, no alcanza para atacar la pobreza y nuestros principales problemas.

Un buen comienzo para mejorar las cifras del próximo año tendría que ser la implementación de mecanismos para facilitar la ejecución de presupuestos en el sector público, y en especial en gobiernos regionales y municipalidades que muchas veces cuentan con recursos, pero que no están en condiciones de usarlos. El Poder Ejecutivo tiene mucho que hacer acá para que a fin de año la plata no se quede sin ser bien aprovechada.

En el año que termina, el "affaire" Tía María ha sido un duro golpe para la economía proyectada en el mediano y largo plazo, pues no solo no se ha iniciado el proyecto cuprífero en el Valle de Tambo, sino que además se ha generado desconfianza con las idas y venidas del Gobierno y, sobre todo, luego de que se escuchara al propio presidente Martín Vizcarra poniendo zancadillas a esta millonaria inversión.

Un país con tantas necesidades y recursos no puede conformarse con un 2.6% de crecimiento de su economía. Así no se podrá generar empleo productivo, mejorar hospitales y colegios, atacar la anemia infantil ni modernizar la infraestructura, incluso la más básica, ni mejorar el sistema judicial, ese que debe luchar contra la corrupción y la delincuencia en general. Uno de los grandes retos del 2020 debe ser, sin duda, la economía.

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