Cuando el 29 de mayo me enteré que la Fiscalía de la Nación había comprendido en una investigación penal al presidente de la República, sentí como maestro la necesidad de escribir este tuit: “Para educar y construir ciudadanía ética, los escolares no solo deben recibir lecciones en los colegios sobre valores como la honestidad y la justicia, sino que deben ver que no hay impunidad para los gobernantes. Bien la Fiscalía de la Nación”. Al día siguiente nuevamente expresé: “El estado y la sociedad reclaman la enseñanza de valores en la escuela como la honradez y la justicia. MB . Pero hay que dar el ejemplo...”
En mi larga experiencia como educador constato que la sociedad exige permanentemente, y con razón, que en los colegios se privilegie la enseñanza y práctica de valores y actitudes. Los valores son entendidos generalmente como los principios rectores de la vida de las personas; y las actitudes como las disposiciones internas para poner en evidencia mediante conductas dichos valores. Es por eso, que los docentes en la enseñanza-aprendizaje nos preocupamos de vincular e integrar al “conocimiento en acción (capacidades), desempeños ético-morales mediante las competencias de aprendizaje” en las diferentes áreas curriculares de la formación integral de los niños, niñas y adolescentes.
Lo contradictorio es que en muchos casos en los espacios del hogar y sobre todo de la actividad pública, lo que los adultos le reclamamos a la escuela no siempre forma parte de nuestra vida ciudadana. Más aún, muchas autoridades y/o líderes sociales y políticos no ayudan con su ejemplo o su acción a la lucha contra la impunidad y la corrupción. Por ello creo que la decisión de la Fiscalía de investigar al presidente de La República y a otros gobernantes ayuda convergentemente con la enseñanza de la “ciudadanía en valores” o “ciudadanía ética” en las escuelas y en todo el sistema educativo.