¿La instrucción directa con fuerte sentido de autoridad de los profesores con una disciplina muy reglamentada permite que los alumnos aprendan más y se disciplinen mejor que cuando el ambiente es de mayor apertura, exploración de la diversidad de ideas y de disciplina positiva; es decir, aquella en la que en lugar de aplicar un reglamento a secas se procura contextualizar cada caso de indisciplina para que el infractor entienda sus motivaciones y alternativas de conducta?.
Vale la oportunidad para comentar una investigación hecha con datos de archivo de 30.625 escaladores del Himalaya de 56 países en 5.104 expediciones que demuestran que las expediciones de países con valores culturales jerárquicos hicieron que más escaladores llegaran a la cima (más eficacia), pero también más escaladores mueren en el camino (más costo social) a diferencia de los grupos más democráticos con resultados inversos.
(Hierarchical cultural values predict success and mortality in high-stakes teams Anicich y otros, 2015)
Me atrevo a inferir que en un sistema autoritario puede haber mayor eficiencia en tareas de rutina y estructuradas, pero cuando surge una desviación o una situación inesperada, el ambiente democrático parece ser más efectivo y capaz de adaptarse a nuevas condiciones.
La pregunta para los educadores es: nuestros tiempos se caracterizan por demandar de las personas cumplir eficazmente tareas predecibles o más bien obligan continuamente a adatarse a circunstancia nuevas. Si lo segundo es lo cierto ¿qué ambiente educativo los prepara mejor para los retos de la vida que habrán de encarar?