En el “Año del fortalecimiento de la soberanía nacional” nuestras Fuerzas Armadas han dado una demostración de profesionalismo, integridad y respeto al orden constitucional actuando en el momento oportuno para destacar que ellas se deben al irrestricto cumplimiento de nuestra Constitución Política, colocando por alto a nuestra soberanía –en esta ocasión– defendiendo al Perú, no de un agente extranjero sino de un peruano equivocado que olvidó que –como primer servidor de la república– debió respetar la máxima norma constitucional.
El Ejército –la institución armada de mayor presencia en el territorio nacional– se encuentra ligada a la historia del Perú desde su participación en las gestas libertadoras que se consolidaron en las pampas de Ayacucho; y tal como hace 198 años, el pasado 7 fue otro día de gloria que ha coronado su admirable constancia.
Por tal razón, todos los peruanos debemos demostrar nuestra gratitud contribuyendo con el fortalecimiento de su institucionalidad, exigiendo que se les asigne los medios que les facilite cumplir su misión constitucional; lo cual significa que dispongan –plenamente– de material moderno, personal entrenado, y comandos que sean verdaderamente dignos de conducir las tropas, y que no tengan algún impedimento para hacerlo. Relevar al General Córdova contribuirá a este propósito.
