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Hace cerca de dos meses, la opinión pública se deshacía en elogios hacia Sporting Cristal, no solo por ser el equipo que mejor fútbol practicó durante todo el 2018, sino también por el hecho de que se buscó preservar desde siempre un estilo de juego, y en ese camino se exhibió también, con muchos años de antelación, un manejo dirigencial más que respetable, un auténtico ejemplo, sobre todo en un país donde el fútbol ha sido manipulado con altos índices de negligencia. Cristal no solo lograba títulos, sino que se granjeaba una reputación tremenda en función de su respeto por el jugador y su estilo para preservar la institucionalidad.

Es por ello que lo ocurrido con Alexis Mendoza y su salida estrepitosa de la dirección técnica del club celeste sorprende tanto. Se trata de un acontecimiento que no está a la altura de lo que el equipo rimense ha venido demostrando en los últimos años. Si bien se emitió un comunicado explicando los motivos de su salida y el propio entrenador corroboró esto, un tufillo nocivo quedó rondando en torno a este episodio. Incluso con Jorge Cazulo lamentando días después la partida del técnico, lo turbio del hecho se mantiene.

Según explica Cristal, hubo un error en la inscripción de un miembro del comando técnico y se le ofreció a Mendoza reemplazarlo, este desistió y prefirió dar por finalizado el contrato. Sin embargo, nos preguntamos si es la primera vez que Cristal contrata comandos técnicos de afuera o, en todo caso, si es que esto hubiera sucedido con Mario Salas en su momento, ¿no hubieran movido cielo y tierra para retenerlo? Queda la sensación de que en el club del Rímac no se realizó ningún esfuerzo para que el colombiano se quede, que se presentó un inconveniente y se optó por la decisión más extrema. Que no hubo predisposición para luchar por conservar al entrenador.

Se habló mucho de la poca química que existía entre los jugadores y Mendoza, de los fichajes que él nunca solicitó, pero que igual se dieron, y de una ausencia de confianza por parte del plantel hacia la posibilidad de superar lo hecho el año pasado. Incluso se rumoreó una supuesta conversación entre un referente del equipo y la directiva para plantear la salida del técnico, pero ese rumor provino de la misma fuente que lanza nombres de flamantes fichajes que jamás se confirman. Lo cierto es que, más allá del error burocrático y administrativo, queda una sensación de marcha hacia atrás ante el reconocimiento de una mala decisión que prefiere interrumpirse antes de que genere mayores consecuencias. Un paso en falso de parte de una institución ejemplar y un contexto preocupante para un equipo que está a punto de arrancar el torneo nacional y a menos de un mes de debutar en Copa Libertadores.