En diversos editoriales nos pronunciamos respecto a que, además de las tareas propias de gobernar, la flamante gestión de Pedro Castillo tiene que generar confianza y brindar certezas a la ciudadanía, el empresariado y la comunidad internacional.
Pero en estos pocos días de gestión ha primado el desorden y el reclutamiento de personas impresentables, y que no cumplen los perfiles para ocupar cargos en la administración pública. Esto se suma a la cuestionable mano del líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, en diferentes decisiones de gobierno.
El mandatario debe tener en cuenta que Cerrón es un personaje que legalmente no puede participar en ningún nivel del gobierno debido a una condena por corrupción. Sin embargo, usa sus cuentas de redes sociales para informar de asuntos de gobierno y dar mensajes sobre la política de relaciones exteriores, como si hubiera sido elegido en el último proceso electoral.
Señor presidente, el ganador de las elecciones ha sido usted y no Cerrón. En sus manos está el no dejarse avasallar por una persona que no fue elegida para nada. Asuma su responsabilidad como primera autoridad del país y rompa la alianza que tiene con el dueño de Perú Libre, Claro, si es que puede.