Cada cierto tiempo el país revive el debate de si las Fuerzas Armadas deben salir a las calles para combatir la incesante inseguridad y delincuencia que campea en el Perú.
Y en esta discusión siempre hay dos frentes, los primeros son los que están a favor de esta medida pues aducen que la Policía Nacional del Perú ha sido superada, e incluso infectada, por la criminalidad organizada; mientras que los que están en contra refieren que los miembros de las Fuerzas Armadas han sido entrenadas para luchar contra enemigos, no resguardar a ciudadanos, y que eso podría degenerar en una crisis mayor. Compartimos este último razonamiento.
Ambas posturas tienen sus pro y contra, pero en medio de esta dicotomía estamos los ciudadanos, que cada vez tenemos más miedo de salir a las calles pues los robos y secuestros al paso, así como las extorsiones y asesinatos por encargo están a la orden del día.
Urge que el Gobierno dé señales que ha entendido el clamor popular y tome acciones que realmente garanticen la seguridad de la población pues, de no hacerlo, están abriendo una puerta enorme a cualquiera que venga con una propuesta que atente contra los derechos humanos y esta tenga acogida porque la gente estará tan harta que va a entregar sus libertades por un poco de seguridad.