Hoy se cumple un año del día en que por mano propia, el golpista Pedro Castillo generó su salida de la Presidencia de la República y de paso salvó al país de seguir en manos de un gobierno inepto y corrupto que llegó al poder por el odio y la irresponsabilidad de quienes entregaron el Perú a un filosenderista, aliado de un corrupto como Vladimir Cerrón e incapaz, que ni siquiera logró rodearse de profesionales valiosos que cubran sus innegables limitaciones académicas y políticas.

Obviamente hoy no estamos en el mejor de los mundos con Dina Boluarte en Palacio de Gobierno, quien también fue socia de Cerrón. La violencia callejera va en aumento y la economía está en recesión. Lamentablemente hay una mandataria que más allá de los discursos, no logra generar confianza y atraer la inversión que el país necesita. Tampoco se le ve conectada con la gente de a pie que exige soluciones a sus problemas del día a día.

Sin embargo, peor era estar en el régimen de Castillo en que mandaba una banda de hampones dedicados a saquear el país, en que incluso se vendían los cargos públicos al peso, como sucedió con un inepto que fue colocado al frente de Petroperú o con los generales de la Policía Nacional que pagaron 10 mil dólares por cada uno de los soles dorados que llevan en los hombros. Ojo que varios de ellos continúan en actividad.

Cómo habrá sido el odio y la irresponsabilidad de los que apoyaron a Castillo, su presidente aunque hoy algunos quieran negarlo, cuando el país entero sabía que este sujeto venía apadrinado por lo peor que ha generado el Perú en toda su historia: los terroristas de Sendero Luminoso. Sí, optaron por apoyar a quien venía de la mano de estas lacras. De eso no se regresa y los electores deberían tomarlo en cuenta para los próximos comicios.

En medio de toda la convulsión que se vive en estos días, con un gobierno mediocre y con muchas cosas que aclarar, un Ministerio Público de cabeza y la gente en las calles haciendo ruido por la excarcelación de Alberto Fujimori, debería llenarnos de satisfacción por cumplir un año de habernos librado, de forma casi inesperada, del más incapaz y corrupto de todos los mandatarios que hemos tenido. Castillo y su séquito, nunca más.

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