A diferencia del brote del Covid-19 al comienzo de este año y su diseminación por el mundo entero luego de originarse en la ciudad china de Wuhan, con enorme impacto en Europa, cuando alcanzó la calificación de pandemia por la Organización Mundial de la Salud - OMS, la posibilidad de un rebrote fue advertida de mil maneras.

El viejo mundo, con países que muestran un estándar de desarrollo mayor que en otras partes del planeta como África o América Latina, sorprendentemente no ha comprendido la dimensión del problema sanitario, y el relajamiento social se ha convertido en una regla, cuyo impacto todavía no puede ser medido con exactitud.

Han vuelto las cuarentenas y los confinamientos y las medidas coercitivas como toques de queda o inmovilizaciones en España, Francia, Italia, Alemania, etc., para detener la incontenible ola expansiva del rebrote que ya viene comprometiendo seriamente la vida social en las naciones europeas.

Es verdad que el número de muertos aun es mínimo y ello se explica porque la enfermedad recién ha comenzado a desarrollarse y ya sabemos que ello supone un tiempo para desencadenar cuadros, que lleve a los más vulnerables, a la unidad de cuidados intensivos y lamentablemente a los menos fuertes, a la muerte.

No es un secreto que la población adulta mayor europea es la que presenta un más alto riesgo para afrontar al Covid-19. Mirando la realidad europea, entonces, en nuestra región debemos evitar un escenario tan penoso como el que está aconteciendo a los países de la Unión.

América Latina es uno de los espacios del globo más impactados por la pandemia y un rebrote podría consumir a nuestros países en la incapacidad para reaccionar a su devastación.

Para evitarlo, debemos cumplir las medidas de higiene básicas y los protocolos de salubridad que son reiterados a cada momento, sobre todo a la hora de desplazarnos fuera de casa solo por las razones estrictamente necesarias.

La capacidad de contención del Covid-19 por nuestros países, ha sido realmente insuficiente, por lo que enfrentar un rebrote podría producir un colapso total. Mirando el espejo europeo, estamos advertidos pues “guerra avisada no mata gente”.