No debería sorprender mucho que Edwin Moya Salazar (a) “Cabezón Moya”, sindicado por la Policía Nacional como uno de los responsables de las llamadas extorsivas a Paolo Guerrero, sea parte de Alianza para el Progreso (APP), de propiedad de César Acuña, si se tienen en cuenta los antecedentes de los personajes que recluta este partido.
Recordemos que APP se ha hecho conocido en los últimos años por llevar al Congreso y a diversas alcaldías a delincuentes y sinvergüenzas, además de ineptos. Hay violadores, ladrones de gasolina del Ejército, traficantes de droga, corruptos, coimeros, “mochasueldos” y ahora el extorsionador de un futbolista del equipo de su propio “líder”.
No olvidemos que el actual presidente del Congreso, Alejandro Soto, que está cuestionado por hechos que van desde el nepotismo, las irregularidades en sus tesis y la compra de un mausoleo familiar, es de las filas del partido de Acuña, quien no deja de soñar con ser presidente del Perú, cargo al que ya ha postulado dos veces sin éxito.
Los peruanos debemos aprender a sancionar con nuestro voto a quienes llevan a la política de personajes que más bien deberían estar encerrados en un penal, y no en los partidos y menos en la administración pública manejando nuestro dinero. Uno de ellos es el partido de Acuña, quien cree que con una billetera gruesa, todo es posible.