Un día antes del Día del Campesino, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) anunció que, por segunda vez, se suspendía el proceso de licitación para la compra de urea y con esto, el futuro de la agricultura peruana es cada vez más incierto pues la escasez de fertilizantes y su consecuente alza de precios en el mercado internacional se unen a la hambruna que se espera en todo el mundo.

El fiasco de la compra de urea y el responsable de poner en riesgo a miles de hombres y mujeres del campo tiene un nombre: Rogelio Huamaní, un personaje que estuvo a cargo de la presidencia de Agro Rural, la entidad encargada de llevar la licitación del fertilizante, y cuyo único mérito es su cercanía con el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, del que fue gerente de Desarrollo Económico de Junín cuando el sentenciado por corrupción fue gobernador.

Este personaje ya fue destituido por la nueva gestión del Midagri, encabezada por el ministro Andrés Alencastre, pero esto no impide que nos cuestionemos ¿Dónde quedó la pomposamente llamada segunda reforma agraria que anunciada con bombos y platillos por Pedro Castillo y sus acólitos?

Hasta el momento, pese a las promesas del nuevo ministro, no hay nada concreto para los y las campesinas que están en riesgo de perder la fecha propicia para la siembra.