Sería un excelente gesto que más allá de la discusión acerca de si el presidente Ollanta Humala debe declarar o no ante el Congreso por el caso Óscar López Meneses, el propio jefe de Estado decida recibir al grupo de trabajo a cargo del fujimorista Juan Díaz Dios, a fin de resolver las dudas que hay sobre la participación del Mandatario en este irregular hecho.

El presidente Humala debería darse cuenta de que enviando a los congresistas de su bancada y a los aliados a bloquear burdamente el intento por interrogarlo en Palacio de Gobierno, y siguiendo todos los rigores que impidan el manoseo de la investidura presidencial, no hace más que ahondar las dudas que existen con respecto a esta situación, que significó una dura crisis para el actual régimen.

Y no hay que ser muy crítico del Gobierno para encontrar indicios preocupantes. Ahí están los intentos del oficialismo por que no se conforme la investigación hoy en manos de Díaz Dios, y la reunión secreta entre el presidente Humala y el anterior titular del citado grupo de trabajo, Víctor Andrés García Belaunde. También tenemos la proclamada y negada amistad entre López Meneses y el Mandatario.

Estamos seguros de que los peruanos sabrán valorar el eventual gesto del jefe de Estado de allanarse y pedir que lo interroguen sobre el tema sin limitación alguna. El país necesita una acción de este tipo que sin duda alguna beneficiará al propio Gobierno. No obstante, esto podría darse solo si el líder de todos los peruanos no tiene absolutamente nada que ocultar.