Hasta la mañana de ayer, era positivo que el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, admita que el de Dina Boluarte es un “gobierno débil” porque realmente lo es y no hay espacio para vivir en fantasías respecto a una administración que hace agua y que si sobrevive es gracias a un pacto tácito con el Congreso, pues Ejecutivo y Legislativo se necesitan para subsistir hasta el 2026.

Sin embargo, horas más tarde la propia jefa de Estado ha salido a jalarle la alfombra a su ministro al afirmar que su gestión no es débil, sino que tiene una buena relación con el Congreso, a diferencia de otros gobiernos. ¿Cómo queda Arista ante esto? No lo sabemos, pero de hecho no ha salido bien parado con este aclare que ha sido acompañado por declaraciones de otros jefes de carteras. Nosotros sí creemos que este es un gobierno débil. Cómo no lo va a ser si no cuenta con bancada, partido político que lo respalde, voceros ni operadores. Además, tiene al frente a una mandataria sin mayor roce político que se expone a desestabilizar el país al tener amistad con gente dudosa como Wlfredo Oscorima, al que además acepta que le “preste” joyas valorizadas en varios miles de dólares.

Es evidente que la administración de la señora Boluarte es infinitamente mejor que la del inepto Pedro Castillo y sus ministros impresentables, pero eso no quita que estemos hoy bajo un gobierno sin peso al que le ha quedado muy grande la responsabilidad de hacer frente a un país en crisis que necesitaba capacidad, responsabilidad y liderazgo en su conducción.

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