Al cierre de esta columna, los aún candidatos Rafael López Aliaga y Daniel Urresti disputaban voto a voto la Alcaldía de Lima, la cual tendrá que ser definida en las próximas horas, pero lo que sí está muy claro para todos es el fracaso monumental de Perú Libre, el partido que hace poco más de un año llevó al poder a Pedro Castillo, quien ha resultado un tremendo fiasco al estar hoy al frente de una administración inepta y corrupta.
Ni siquiera en Junín les ha ido bien. A la región no tuvieron candidato. En las principales alcaldías sus postulantes ni han asomado a juzgar por los primeros resultados. ¿Dónde quedó el arrastre de los muchachos de Vladimir Cerrón? El partido de gobierno ha fracasado en su cuna. Los que aparecen hasta ahora en la provincia de Huancayo y sus principales distritos, ni siquiera son cercanos a la prédica “revolucionaria” del lápiz y su líder.
Sin duda la debacle del gobierno central ha pasado factura a Perú Libre. Qué se puede esperar de un mandatario con seis investigaciones en el Ministerio Público, y de las andanzas de “Los dinámicos del centro”, varios de cuyos integrantes están tras las rejas. Una mención aparte merece el fantasmal candidato a la Alcaldía de Lima por el lápiz. Fue el último de la fila. Tampoco nadie los quiere en la capital.
Otros que han salido maltrechos en los comicios son los de Acción Popular. Los que obtuvieron importantes alcaldías hace cuatro años y gruesas bancadas en las elecciones de 2020 y 2021, esta vez han logrado poco o nada. La presencia de esos congresistas con el alias de “Los niños”, ha mermado al partido de la lampa. Al fujimorismo también le ha ido muy mal. Estuvo cerca el año pasado, pero ahora no han sacado nada importante.
Queda esperar los resultados oficiales y varias segundas vueltas en regiones donde ningún postulante superó el 30 por ciento, pero lo que va siendo claro es quiénes son los grandes derrotados de este proceso que generó muy poca expectativa en los electores, ante el descomunal fracaso de gobierno central que tenemos desde el año pasado y por el fiasco que resultaron muchos gobernadores y alcaldes elegidos hace cuatro años.