Acaba de terminarse la última reunión semestral del Mercosur, en donde se aceptó el ingreso pleno de Bolivia a la organización. Aunque todavía falta la ratificación parlamentaria por parte de Paraguay, Brasil y Bolivia, se da por sentada su pertenencia a la institución.

Como era de esperar, el tema principal era la salida al mar de Bolivia y no el de armonizar la unión aduanera que se debate entre restricciones comerciales entre los miembros, especialmente los principales y más grandes, como son Argentina y Brasil. Esto significa que más les interesa su posición contraria al libre comercio, dedicándose a un tema político. Ello motivó que Chile no participara como observador con interés de ser miembro, pues conocía de antemano que Bolivia utilizaría la nueva plataforma política para promocionar su tesis de salida al mar. Se supone que el Mercosur debería ser una Unión Aduanera que conforme una zona de libre comercio. Pero la realidad es otra. Al estar conformado en su mayor parte por Estados pertenecientes a las Casas del ALBA, su interés es político, aunque lo disfracen de otra forma. Por ello, ni siquiera podríamos decir que pueda ser algo similar a la Alianza del Pacífico, que es netamente económica. En el Mercosur, más importan los planteamientos políticos contrarios al mal llamado neoliberalismo. Sus economías se encuentran en profundos problemas por el sistema que predomina en sus países, y en vez de realmente profundizar una Unión Aduanera real que promocione el libre comercio, se encuentran dedicados a temas de carácter político. El Perú tiene presencia como observador en esta institución, pero el sistema económico que prevalece es contrario al que nosotros tenemos implementado y por ello es que notamos que nuestros productos comerciales encuentran dificultades de ingreso, y constantemente les imponen trabas arancelarias y no arancelarias. Nuestra Alianza del Pacífico, por el contrario, avanza a pasos agigantados, pero sólidos y efectivos, ya que lo que nos interesa es lograr nuestra unión económica lo más pronto posible. Pero en fin, los países del ALBA tienen un organismo más aparte de UNASUR (donde son mayoría) para irradiar sus políticas. A nosotros solo nos cabe esperar que el nuevo gobierno que se elija en 2016 tenga una política clara frente a estos organismos de fachada en beneficio de nuestros intereses, que es lo que nos debe importar.  

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