Es muy difícil de creer que el presidente Pedro Castillo no estuvo al tanto de las andanzas delictivas de su ministro estrella Juan Silva, a quien el mafioso Zamir Villaverde habría pagado una coima de parte de un empresa contratista, según un audio que está en manos de la Fiscalía de la Nación, pues contra viento y marea el mandatario lo mantuvo como titular de Transportes y Comunicaciones, y solo se vio forzado a sacarlo cuando era inminente su censura.

Es evidente que Silva no se mantuvo en el cargo por su excelente gestión en un sector eminentemente técnico como el MTC, pues el pobre hombre ha mostrado como “pergaminos” el haber sido “conductor” y profesor, es decir, era un cero a la izquierda, algo que se advirtió desde el primer día en que asumió dicho ministerio en julio del año pasado. Sin embargo, el jefe de Estado lo dejó allí. ¿Por qué? Eso ya lo debe saber el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez.

Recordemos también que mientras estuvo en el MTC, Silva mostró que era un desastre al hacer nombramientos y que trabajaba en alianza con colectiveros informales, es decir, sus colegas. Este sujeto incluso nombró en un alto cargo a una ladronzuela de supermercados y a personajes que tuvieron que ser cambiados al día siguiente debido a sus antecedentes. Así y todo, el hombre que decía “palabra de maestro”, mantenía a este señor. ¿Cuál era el interés por no removerlo? ¿“Negocios”?

Pero si analizamos el caso del Silva, no miremos solo al presidente Castillo, quien según el Ministerio Público era parte de la mafia enquistada en el MTC para direccionar obras a constructoras “generosas”. También echemos un ojo al Congreso, que por casi medio año dejó operar a este sujeto sin dignarse a censurarlo. Sería buen conocer quiénes y por qué lo blindaron, en lugar de mandarlo a su casa en el primer mes, cuando ya se sabía qué clase de elemento era.

El gobierno de Castillo apesta a corrupción desde hace tiempo, pero muchos no lo quisieron ver por más que hoy se hacen los horrorizados y se rasgan las vestiduras. Por ahí están Mirta Vásquez, Avelino Guillén y otros personajes que incluso han compartido gabinete con Silva, el hombre de los “100 grandes”, el caballero que de chofer de combi pirata y docente de un colegio de Puente Piedra, pasó a ser ministro para llevarse la plata en balde, un personaje sobre el que se aplica el dicho “no más pobres en país rico”.