El país no se puede detener

Cuatro días después de su mensaje presidencial, el mandatario Martín Vizcarra reiteró su propuesta de adelantar las elecciones para el 2020. Puntualizó que se busca una salida ordenada a la actual coyuntura “con un año de transición en vez de dos años de confrontación”.

El jefe de Estado se muestra muy seguro de que el próximo año los peruanos iremos a las urnas para elegir a nuevas autoridades en el Ejecutivo y el Legislativo. A pesar de los reparos y los cuestionamientos, ha dicho que “los mismos que decían que no había tiempo para realizar los Panamericanos son los que dicen que no hay tiempo para realizar las elecciones el próximo año”.

El presidente Vizcarra necesita un poco de calma. Por momentos parece tener el mundo aparte que le concede la gritería de la calle y confunde la demanda de reformas profundas con patear el tablero para que se cumpla su voluntad.

Está claro que el ambiente político continuará crispado y con muchos vaivenes que no le hacen bien a la economía ni a la democracia. “La actitud que debieran tomar las fuerzas políticas es de serenidad, diálogo y concertación”, dijo el presidente de Transparencia, Allan Wagner.

Lo evidente es que el país no se puede detener. Las necesidades de la población son tantas y tan urgentes que no hay tiempo para la espera. En los últimos tiempos hemos visto, de parte de la clase política, un arraigado rechazo a los intereses de la gente para dedicarse a sus agendas propias o a las de sus partidos. Es momento de servir a los ciudadanos.