Qué vergüenza ha dado ver la participación de la vicepresidenta Dina Boluarte en el Foro Económico Mundial que se lleva a cabo en Davos, Suiza. Muchos peruanos respiramos aliviados al saber, días atrás, que el presidente Pedro Castillo había cancelado su participación, con lo que creímos habernos librado de un papelón internacional como los que nos tiene acostumbrados el profesor. Sin embargo, la también ministra de Desarrollo e Inclusión Social no ha podido hacerlo peor.

En primer lugar, a todas luces la señora no está preparada para representar al Perú en un evento de esa magnitud (¿vieron la cara del presidente colombiano Iván Duque mientras Boluarte hablaba?). Aparte de eso, no se le ocurrió nada mejor que victimizarse y acusar a “la derecha” de no dejarlos gobernar. Como si el precario y corrupto régimen al que pertenece fuera un campo de virtudes y de gente ejemplar a la que sujetos malos e interesados solo torpedean a fin de derrocarlos. ¡Pobrecitos!

Si tan locuaz estaba, por qué no mencionó que el líder de su partido es un sentenciado por corrupción, que han llevado al gobiernos a terroristas, acusados de asesinatos, iletrados, agresores de mujeres, sinvergüenzas, buenos para nada y a un admirador de Adolfo Hitler, y que al hombre de confianza del mandatario –hoy prófugo– le encontraron 20 mil dólares en Palacio de Gobierno. También debió tocar lo de Sarratea, a los sobrinísimos y la cercanía de Castillo con el asaltante Zamir Villaverde.

Pero eso no fue lo más patético de la presentación de Boluarte en Davos, pues de la nada criticó a la minería formal y en teoría supervisada por el Estado del que ella es parte, a la que dejó por los suelos al atribuirle graves atentados contra el medioambiente, casi como si se tratara de extractores ilegales, lo cual ha merecido un comunicado de rechazo de parte de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía. Y eso que la señora dice que ha ido a Suiza a atraer capitales privados. ¿Broma de mal gusto?

En medio de todo, lo positivo es que si el Congreso actúa con apego a la ley y sentido de responsabilidad, a la vicepresidente y ministra no le quedaría mucho tiempo en la función pública, pues según la Contraloría –y no según “la derecha vacadora” ni los medios– ha cometido una seria e irrefutable infracción constitucional que la alejaría de cualquier cargo, hasta de su chambita en Reniec que hasta hace poco quiso conservar con uñas y dientes. Solo queda esperar que el Poder Legislativo haga su trabajo.

VIDEO RECOMENDADO

ONPE: Cómo cambiar tu local de votación para las elecciones regionales y municipales 2022

TAGS RELACIONADOS