Hace unas semanas, en está misma columna, advertí de los vínculos de Antauro Humala con la organización criminal de izquierda, Perú Libre. Sin embargo, los tibios e incrédulos tuvieron que ver el voucher de depósito de 6000 soles de Cerrón a Antauro, incautado en un allanamiento, para abrir los ojos. Sucede que parte del periodismo, de los políticos y analistas siguen sin comprender cómo opera Perú Libre y por eso caen redonditos. Intentaré presentar, con manzanitas, el plan de Cerrón y sus aliados para el 2026. Espero que sirva para prevenir que no se repita la nefasta historia del 2021.
Perú Libre buscarán como sea que Vladimir Cerrón postule el 2026. Para este fin, están utilizando todo su poder político desde el Congreso, Ejecutivo, Fiscalía, Poder Judicial, TC y Defensoría del Pueblo. Cerrón tiene blindaje político, y esto va desde Dina Boluarte hasta decenas de fiscales sometidos o aliados a este criminal. De no lograr su objetivo, Cerrón ya tiene al plan b: Antauro Humala. Este sentenciado ya tiene partido y podría capitalizar el voto de izquierda, además de sumar muchos críticos al sistema.
Pero a este plan le falta un componente, porque la gente tendría que votar por Antauro. Por ahora las encuestas muestran que no llegaría ni a 15%. Ahí es donde Cerrón tiene el Plan C, es decir a su otra aliada temporal: Keiko Fujimori. Para garantizarse su regreso a Palacio, Cerrón necesita que pasen a segunda vuelta sus dos piezas clave: Antauro y Keiko. Este es el escenario que busca la mafia de izquierda: una polarización excesiva, entre dos malos candidatos, con muchos antis y en donde la caviarada (aliados, en su momento, de Cerrón) inclinarán la balanza hacia Antauro, tal como sucedió en 2011 con Ollanta Humala, en 2016 con PPK y en 2021 con Castillo.