La ceremonia de juramentación del nuevo presidente del Perú se realizó el 28 de julio en una peculiar jornada, no solo por aquel incidente penoso que registró a un presidente saliente, interino o como se lo quiera llamar, retirándose la banda presidencial en la puerta principal del Congreso, para terminar, colocándola en una caja azul y que un edecán la llevara raudamente al interior, sino también por el contenido con el que se vistió al discurso presidencial.

La introducción elegida, teniendo confirmado dentro de los invitados al rey Felipe VI de España, fue inamistosa e innecesaria y no parece sumar a la labor de un líder que empieza su gestión con la intención de “tender puentes”, de lograr una reconciliación y una visión futura y objetiva de una patria hacia adelante, y no hacia atrás. La historia del mundo entero ha sido escrita entre líneas de opresión, sangre, injusticias, violencia y rebeliones. Un estadista no debe alentar conflictos ni enfrentamientos, debe trabajar para superarlos. “Quienes únicamente se solazan con el pasado, ignoran que el Perú, el verdadero Perú, es todavía un problema…. pero también, felizmente, una posibilidad” sentenciaba Jorge Basadre.

La ausencia de gabinete ministerial denotó también improvisación, falta de cuadros e informalidad. La posterior elección del congresista Guido Bellido como premier, poseedor de una postura complaciente hacia Sendero Luminoso (con investigación fiscal, de yapa), nos hace reflexionar sobre cuál será la verdadera razón para esta peculiar elección que no parece buscar la unión de los peruanos sino, su evidente confrontación. ¿Divide y vencerás? ¿De eso se trata todo esto? Nada es casualidad: El discurso presidencial anti-sistema con aroma anti-empresarial, la insistencia de una Asamblea Constituyente y el desconocimiento deliberado de que el Congreso Nacional congrega la representación del “pueblo” a través del voto popular, nos lleva a pensar que se buscaría la censura de un primer gabinete para forzar un posterior cierre y disolución del mismo.

Si el gabinete ministerial que estrena el presidente del bicentenario no recibe el voto de confianza del Congreso Nacional, el verdadero poder tras el poder silbará su primera victoria (Los hijos del Foro de Sao Paulo, no hacen nada sin calcularlo). Por ello, señores congresistas, anótense ustedes la primera victoria y hágannos un favor a todos los peruanos: trabajen sus estrategias con el máximo de inteligencia y astucia, concéntrense en fiscalizar los actos del gobierno milimétricamente y mantengan a salvo el verdadero equilibrio de poderes en el país. La democracia y nuestro derecho a la libertad, se los agradecerá por siempre.