Los peruanos merecemos una explicación de parte de este gobierno, respecto al hecho de que el dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, se mantenga prófugo de la justicia desde hace nueve meses y que desde la clandestinidad se entere de las acciones que se realizan desde el Estado para lograr su captura, y además se dé el lujo de amenazar a los agentes que tienen la misión de llevarlo a un penal para que cumpla con las órdenes de arresto que pesan en su contra.

Podría pensarse que esa afirmación que hace el delincuente Cerrón, en el sentido de que tiene poder, es una fanfarronada destinada a amedrentar a los que están a cargo de su búsqueda. No obstante, sin duda este sujeto cuenta con la protección de alguien del Estado debido a que pese a las reiteradas promesas de parte de ministros y jefes policiales, no logra ser detenido, mientras hace uso de las redes sociales para burlarse y tomarle el pelo a la Policía Nacional que está siendo superada por este impresentable.

El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, como responsable político de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), debería dar una explicación a los peruanos sobre las labores que se hacen para ubicar a quien hace rato debería estar en un penal por ladrón, tal como lo ha dispuesto en dos oportunidades el Poder Judicial, una a través de una sentencia debidamente consentida y otra en virtud a una prisión preventiva. ¿O es normal que cualquier delincuente amenace a la autoridad desde su escondite y acá no pase nada?

No tengo la menor duda que el hecho de que se Cerrón se mantenga en la clandestinidad desde hace tanto tiempo tiene que ver con la “mano política” de alguien que es amenazado para no actuar o que lo hace por su cuenta porque teme a lo que pueda hablar el dueño del que en teoría es el partido de gobierno, que en su momento eligió a la actual presidenta Dina Boluarte como parte de la plancha que encabezó el exmandatario Pedro Castillo, hoy preso por golpista y corrupto.

Los buenos policías están en deuda con los peruanos, pues más allá de las presiones políticas y las “manos negras” que sin duda existen, siempre hay agentes honestos dispuestos a hacer su labor. Son la única esperanza que hay de que Cerrón caiga por más poder que tenga. ¿O es que ya dejaron que salga del país? Lo señalo porque el propio comandante general de la PNP, Víctor Zanabria, ha dejado abierta esa posibilidad. Fue hace varios meses, cuando dijo que “en dos semanas habría novedades”.