Si todo sale según lo planeado, este domingo 11 de diciembre, un módulo espacial fabricado por el hombre estará llegando a nuestro planeta, dándose un tremendo chapuzón en el océano Pacífico, amarizando frente a la costa de California, en Estados Unidos.

La llegada de este módulo es la etapa final de solo la primera parte del proyecto Artemisa que pretende llevar a la primera mujer a la superficie de la Luna y colocar, a largo plazo, una base humana sostenible en nuestro satélite misión, después de dos intentos fallidos de lanzamiento, consiguió dar dos vueltas a la Luna sin alunizar y nunca tuvo tripulación humana. En el asiento del comandante se encontraba el maniquí llamado “Comandante Moonikin Campos” para rendir homenaje al ingeniero Arturo Campos, quien en 1970 ayudó a devolver sana y salva a toda la tripulación del Apolo 13. También formaron parte del viaje dos maniquís de mujer idénticos llamados Helga y Zohar. Uno de ellos llevaba un chaleco protector especial y el otro no, con el objetivo de estudiar mejor los efectos de la radiación en el espacio.

Un punto clave de los objetivos futuros del proyecto es alunizar cerca al polo sur de la Luna ¿Por qué? Porque esta región ha demostrado, mediante misiones previas, poseer los recursos necesarios para la instalación de una base. La obtención de recursos en la misma Luna es clave para la sostenibilidad de una base lunar.

Entonces, cuando usted vea la Luna estas noches, no la observe de la misma forma. Recuerde ahora que el hombre ha tomado de nuevo la senda de la exploración espacial. Una senda que nos llevará, como dijo Jorge Chávez, arriba, siempre arriba hasta las estrellas. IGP: «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».

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