La semana que termina, la audiencia televisiva local celebró el regreso de “Al fondo hay sitio” tras casi seis años de su despedida de las pantallas. La serie retornó con una novena temporada que se convirtió en tendencia el día de su estreno y logró más de 30 puntos de rating, números que solo se ven con los partidos de fútbol de la selección . Contra todos los pronósticos que aseguraban que la historia había cumplido su ciclo y que ya no daba para más, la acogida en audiencia que se mantuvo los días siguientes, reafirmó que la propuesta de revivir personajes y una popular historia que los acoge fue una decisión acertada; al menos de lo que se puede observar hasta el momento. ¿Pero cuál es la fórmula ganadora que ha logrado que este fenómeno televisivo siga intacto? Pues, desde que se gestó la trama enfrentando a familias de diferentes clases sociales y económicas, esa propuesta no iba a tener pierde, es atractiva y siempre va a generar muchas situaciones que los guionistas tendrán como estímulo para sus historias. Ademas, no es una novedad que “Al fondo hay sitio” durante sus primeras ocho temporadas se convirtió en un referente de lo que significa la sociedad peruana, evidentemente llevada a la ficción. No hay que buscar mucho para darse cuenta que siempre habrá una Teresita en la familia, una Charito que vive pendiente del hogar, unos despreocupados Tito y Pepe que solo piensen en el jolgorio y del otro lado, una Francesca que hoy convertida en benefactora dejo atrás los prejuicios para ser hoy una mujer que apuesta por la inclusión. Si la serie sigue intacta en esa empatía con el televidente es porque hay una identificación notoria con la gente que ha logrado esa trascedencia en la televisión que muchos buscan y no todos logran. Esa es la magia de la pantalla chica, que ahora puede presumir de ambiciosas producciones para el streaming, pero que también tiene contenidos que sin inversiones millonarias logran entrar al corazón de los televidentes. A partir de ahora, los guionistas tendrán que hilar fino para que la expectativa y el nivel de la producción se mantenga en su hilo narrativo y que la trama no sea simplemente un desfile de anécdotas. Veremos que nos reserva el sonado regreso de “Al fondo hay sitio”.