Terminada la borrasca electoral y habiéndose definido que la composición del nuevo Parlamento y la identidad de la gran mayoría de legisladores, ahora queda esperar que los flamantes congresistas logren consensos para implementar las reformas que quedaron pendientes luego de la disolución.

Este llamado podría parecer vano ya que cada una de las agrupaciones que logró un sitio en el Congreso tiene su propia agenda, pero deben recordar que fueron elegidos para legislar a favor de todos los peruanos y peruanas y no solo para sus militantes y seguidores.

Las tareas pendientes son debatir y aprobar los proyectos de ley presentados por la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política y que deberían entrar en vigencia para las elecciones generales de 2021.

Los plazos para debatir y sancionar el financiamiento de los partido políticos, la eliminación del voto preferencial, la paridad y la alternancia de género, así como la prohibición de postulantes con sentencias en primera instancia están en el límite, puesto que deben ser votados en dos legislaturas. La tarea es enorme, esperemos que el Parlamento esté a la altura.

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