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Qué duda cabe de que doña Keiko Fujimori está con hambre de poder político y, como no pudo saciarla directamente al perder la Presidencia frente a Pedro Pablo Kuczynski, aprovecha la fuerza de su bancada en el Congreso para ponerle el plato servido a la gente de su entorno.

Así, quienes no dejan de chuparse los dedos tras sentarse a la mesa del directorio del Banco Central de Reserva (BCR) son Rafael Rey, José Chlimper y Elmer Cuba, a la sazón fanático, partidario y asesor, respectivamente, de la lideresa “naranja”.

La verdad de la milanesa es que se trata de una re-par-ti-ja, como bien sugiere la comidilla en las redes sociales. Y es que, más allá de que el fujimorismo sea mayoría y legítimamente tenga la sartén por el mango, esta decisión no se cuestiona solo por los hechos sino también por los personajes que ocupan el cargo.

“¿Por qué él?”, dicen de Rey y, como respuesta, ha prometido ponerse a estudiar. “¿Acaso Chlimper no fue quien hizo perder las últimas elecciones a Keiko por el audio adulterado sobre Joaquín Ramírez?”, apuntan otros. Y así se atreven a acusar de “improvisado” y escaso de cuadros al Poder Ejecutivo. Ya, pues. Cambien de menú.

La premisa constante es que se trata de salvaguardar la ins-ti-tu-cio-na-li-dad del ente emisor y, la verdad, no estamos ante un buen ejemplo. Palabra que no.

Por lo demás, un Congreso que se impone al caballazo no nos representa. Un Parlamento que no dialoga y no admite cuestionamientos en una designación tan importante como esta, más parece autoritario que democrático. A ver si lo piensan un poquito.