Este es el último discurso de 28 de julio del presidente Humala. Entre escándalos que van desde López Meneses, pasando por Orellana Rengifo, “Chocherín” y Belaunde Lossio, y terminando por cuestionamientos a su señora por, supuestamente, apoyar a Belaunde Lossio en tratos con el Estado, cosa que ella ha negado reiteradamente.

Como fuera, estamos en un momento complicado, donde la forma de gobierno instaurada por Humala donde cogobierna con su señora, ha impactado en la esfera política y no tenemos claro dónde va el Gobierno este último año, como no lo hemos tenido los años anteriores.

Si bien debemos reconocer que los programas sociales han sido fortalecidos en este gobierno, no sabemos con seguridad si este fortalecimiento tiene que ver con más dinero o con una mayor eficiencia para sacar a más peruanos de la pobreza.

El último año de gobierno debería garantizar por lo menos que se nombre al defensor del Pueblo; que se empiecen a eliminar algunos trámites inútiles para que la gente más pobre pueda construir sus casas, hacer pequeños negocios, inscribirse en programas del Estado; la seguridad ciudadana, para que todos podamos vivir tranquilos; y una transferencia adecuada y pacífica del Gobierno a quien sea el siguiente mandatario.

Cuatro cosas, Presidente, solo 4. Así lo recordaremos como un jefe de Estado que en su último año de mandato reconoció que lo perfecto es enemigo de lo bueno.