¿Se puede esperar algo del último año de gobierno de Humala? Es la pregunta que se escucha por todos lados. Tenemos dos respuestas: NO, pues el tiempo pasó y no hay capacidad para nada adicional; y SÍ, los gobiernos que salen, así como los que entran, tienen un espacio para hacer cosas interesantes en políticas públicas.

Viendo caer la inversión privada día a día, por muchos factores, pero sobre todo por la escasa capacidad de gestión en los gobiernos subnacionales, debemos impulsar las asociaciones público-privadas, las obras por impuestos, las iniciativas privadas y toda forma de contrato en el cual el privado y el público realizan alguna actividad común.

El canon debe ser revisado para que sus recursos se manejen profesionalmente, dentro de un fideicomiso, para que estos no se desperdicien y cubran las necesidades básicas de aquellas localidades donde se reparte este dinero. Adicionalmente, se puede constituir algún tipo de grupo de trabajo que estudie, con profesionalismo, el desastre que viene significando la descentralización para que le plantee al nuevo gobierno algún tipo de plan de trabajo.

Como fuere, el gobierno de la inclusión debe tener en claro que si no crecemos con el concurso privado, no podremos sostener más los programas sociales, en los que se han puesto recursos e ilusiones.

Hay tiempo para hacer cosas y lo peor es el statu quo.