El nuevo Gabinete no es nada nuevo. Pedro Castillo quiere hacernos creer que con la salida de Guido Bellido, Íber Maraví o Ciro Gálvez se arregla la crisis política y económica que estamos atravesando, actualmente, pero el problema no es un ministro o dos, el problema es él, la persona que sigue nombrando ministros socios de la mafia Perú Libre.
Castillo representa, en este momento, a dos organizaciones criminales, Sendero Luminoso y Perú Libre. Para contentar a estas dos facciones que lo llevaron al poder ha nombrado a los ministros de Educación e Interior. Desde el sindicato magisterial Fenate – Conare, los miembros del Movadef no solo siguen metiendo sus garras en la currícula escolar, sino que pretenden traerse abajo la Reforma Magisterial. Del otro lado, la mafia Perú Libre, cuyos miembros tienen orden de captura, ha logrado infiltrar el ministerio del Interior, cuya entidad adscrita, Migraciones, es vital para que puedan fugar del país. Los Dinámicos del Centro tuvieron como abogado a, nada menos, que el actual titular de la cartera del Interior, Luis Barranzuela y es quien les va a allanar el camino a la clandestinidad.
Reitero, entonces, que no se trata de un error o de que Pedro Castillo es un inocente y tonto gobernante que no se da cuenta de los nombramientos que hace. Este señor es, absolutamente, consciente del blindaje que está en marcha, porque él está seriamente comprometido en el financiamiento ilegal de Perú Libre para su campaña presidencial. Lo dije antes y lo digo de nuevo, Castillo es el verdadero problema y el Congreso debe entenderlo así. Aquí ni siquiera una figura como Mirtha Vásquez va a servir para convencernos de que este Gobierno va por buen camino y es por eso que el Gabinete no debe recibir el voto de confianza de los congresistas.