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Fuerza Popular, el Apra y Alianza para el Progreso han decidido en la Comisión de Constitución del Congreso elevar la valla electoral de 30% al 40% para elegir al gobernador y vicegobernador regional en los próximos comicios. Es decir, preparémonos para las segundas vueltas y no para tener mejores candidatos, así como la limitación de la participación de otros partidos políticos.

Considerando la atomización del voto en las regiones, es difícil que un grupo político supere el 40% de respaldo en la región a la que postula. Sin embargo, si bien la norma deberá pasar al pleno para su análisis y debate, la propuesta tiene sus certezas y bajezas en las futuras elecciones.

Creo que le es más fácil gobernar a una autoridad con más de un 40% de respaldo que solo con el 30%, como ocurre en la actualidad. Por ejemplo, ahora en el Consejo Regional, algunos de sus miembros forman el club de los puñaleros dispuestos a tentar el máximo cargo. Pero una segunda vuelta tampoco garantiza que se logre la estabilidad.

Además, no por elevar la valla electoral se tendrá a mejores postulantes para los cargos de gobernador y vicegobernador regional. Aquí, la Comisión de la Constitución debió ir al origen del problema, como la presentación de candidatos que cuentan con un presente obtuso en cuanto a conocimientos básicos de gobernabilidad.

También se puede prestar a que solo maquinarias políticas pesadas, a las que pertenecen los ocho miembros que apoyaron esta medida, puedan resistir segundas vueltas electorales; a diferencia de los grupos pequeños que a las justas participan con más entusiasmo que con fondos de campaña.

Si a eso le sumamos que quieren prohibir la participación de los movimientos regionales, es claro que estas tres organizaciones políticas están allanando el camino para quedar solitas en las próximas elecciones. Provecho.