Un país necesita revisar cada cierto tiempo su modelo de desarrollo y crecimiento y eso es lo que debe hacer el Perú ahora. El actual esquema si bien permitió sentar las bases de nuestra reinserción financiera y atraer a la gran inversión privada que vino entusiasmada por las concesiones, exoneraciones y facilidades que se les otorgó -no así a la pequeña y microempresa que siempre apostó por el Perú-, no ha logrado producir una sociedad más estable y justa.

Lo que hemos visto en la última década, apoyado entusiastamente por nuestra clase política y no cuestionado en el contexto de estas elecciones, es un modelo que termina concentrando sectores como la banca, farmacia, las AFP, minería, líneas aéreas, alimentos y bebidas, avícola y pesquero en pocas manos y con competencia muy imperfecta.

Pero si esto no fuera suficiente, en paralelo durante estas décadas el mismo sistema prácticamente arrinconó al sector que genera la otra mitad de la riqueza en el Perú, el sector de la micro, mediana y pequeña empresa, que por el contrario, no solo no tuvo apoyo sino que fue extorsionado por autoridades, instituciones y presiones fiscales abusivas.

Si lo que se quería era crear mercado, lo que se hizo es cobijar oligopolios; si lo que supuestamente se planeó fue una economía de competencia e innovación, se fortaleció un mercantilismo que ahora domina también las esferas del poder y de los medios. En pocas palabras, tenemos hoy un país con pocos dueños en lugar de una nación con muchos propietarios.

Esta situación no es ni cuestionada, ni rechazada por los actuales candidatos a la Presidencia de la República; más bien podríamos decir que aquellos que supuestamente encabezan la intención de voto avalan y sostienen el actual sistema de supuesto libre mercado, cuando la realidad como hemos dicho es otra.

Quedan entonces estas preguntas que pasaremos a responder. ¿Qué modelo de desarrollo necesitamos? ¿Cuáles son los pilares sobre los que se debe sostener este? Y ¿qué debemos hacer desde un gobierno para que estos se desarrollen y sostengan?

En cuanto al modelo de desarrollo deberíamos buscar uno en el que exista una verdadera posibilidad de competencia. Esto significa que no existan barreras de entrada al mercado, trámites complicados y engorrosos para iniciar un negocio, oportunidades y ofertas de financiamiento y acceso a los mercados.

Esto requiere un trabajo arduo para un gobierno puesto que hoy somos una de las naciones en las que más demora la constitución de empresas y donde existen más trabas para ponerlas en marcha. Se debe instar a los municipios y a entidades como Defensa Civil a que sean ágiles en el otorgamiento de licencias. Esta es una tarea de gobierno.

Luego debemos de hacer que sea fácil obtener la propiedad y poder defenderla. Esto implica iniciar la gran tarea de titular a millones de peruanos y sobre todo a gente de las zonas rurales para que puedan transar, hipotecar o vender sus bienes inscritos y así poder hacer crecer su patrimonio. Junto con esto necesitamos que cuando existan litigios podamos confiar en un Poder Judicial ágil y honesto y no como es ahora. Aquí existe otra tarea que afrontar.

Además debemos de buscar que sea posible el ingreso de nuevos competidores y sobre todo de innovadores que puedan causar la “destrucción creativa” en el mercado, como decía el economista austriaco Joseph Schumpeter. Para esto el gobierno debe fomentar y hasta financiar la innovación y la investigación científica desde universidades y desde el lado privado.

También debemos focalizarnos en evitar que grandes intereses tanto empresariales como sindicales o de otro tipo demanden privilegios o ejerzan presiones políticas para lograr favores, lo cual solo se consigue con un gobierno sin compromisos y con decisión de autonomía. Por ello más que hacer política hay que hacer gestión una vez elegidos para gobernar.

Por último, proponemos que se dé protección y un trato diferenciado a las pequeñas empresas; las grandes inversiones hace más de veinte años gozan de privilegios, exoneraciones y hasta condescendencia de las autoridades tributarias, mientras que las Pymes son clausuradas, obligadas a pagar los mismos impuestos y multas que las corporaciones y esto causa una desigualdad de oportunidades para quien desea iniciar un negocio.

Estos son los pilares para la consolidación de un modelo de capitalismo popular que permita el crecimiento de negocios peruanos en nuestro territorio, que dé oportunidades a quienes deciden avanzar por cuenta propia, en asociaciones o en cooperativas y que hoy miran desconcertados unas reglas que no les permiten avanzar. Estas son las bases para el desarrollo de nuestro país y las que nos llevarán al bicentenario con un proyecto para todos y no para pocos.

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