Lo sucedido desde las primeras horas de ayer en el Ministerio Público, en que ha quedado al descubierto cómo la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, a través de su asesor Jaime Villanueva -hoy detenido-, habría conspirado en el Congreso contra la exfiscal Zoraida Ávalos, a favor de designación del muy cuestionado Josué Gutiérrez como defensor del Pueblo y la destitución de miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), deja en claro que urge un cambio radial en dicha institución que está dedicada a luchas internas antes que a investigar y poner tras las rejas a tantos delincuentes y sinvergüenzas.
Sin embargo, nada de esto deber ser aprovechado por Ávalos ni por el suspendido fiscal Rafael Vela Barba para victimizarse y llevar agua para su molino. La señora ha sido echada por haber actuado con mano blanda frente a las evidentes corruptelas de Pedro Castillo y su banda, mientras que el segundo ha sido relevado por indisciplinas. Además, su muy ineficiente trabajo a lo largo de casi cinco años impide que hoy tengamos a ladrones y sinvergüenzas de la política donde deberían estar: sentenciados y en un penal.
En este lío en el que solo faltan las chairas y los verduguillos, tampoco se salva el Congreso, pues las evidencias muestran que la fiscal Benavides se ha valido de los nada santos antecedentes de varios legisladores, especialmente de los conocidos con el alias de “los niños”, para presionarlos y exigirles que voten en tal sentido, a cambio de archivar las investigaciones en su contra.
Queda claro que urge un cambio total en el Ministerio Público, comenzando por la cabeza y los fiscales politizados que tanto daño han hecho a la aplicación fría y objetiva de la ley, todo esto mientras los corruptos y delincuentes en general celebran, y en la población queda la sensación de que acá no hay justicia.