Las confecciones peruanas se debaten en un dualismo productivo y comercial. Por un lado, somos el principal exportador en Latinoamérica, creciendo 26,1% en envíos (2022), y tenemos la oportunidad de aplicar medidas promocionales para alcanzar a países de Centroamérica y del mundo. Por otro, tenemos a cerca de 95 mil mypes que atienden al mercado interno y que se debaten entre el cierre y la crisis por la subvaluación, subconteo y contrabando.

Con los aranceles más bajos de la región, si no se adoptan medidas contra la competencia desleal es posible que este sector desaparezca ante la captura del 94% del mercado interno por parte de las importaciones (según Indecopi), tal como sucedió en países vecinos.

A nivel mundial, el sector confecciones es uno de los más intensivos en empleo, principalmente femenino, y el de más baja inversión por puesto de trabajo (cerca de $1,500 por puesto laboral). Por eso, varios países centroamericanos acaban de aprobar políticas para atraer inversiones de cero Impuesto a la Renta y exoneración de impuestos por 10 años, buscando ganar espacio en sus exportaciones a los EE.UU. Otros países como China con cerca del 31% de envíos a nivel mundial, Bangladesh (9%) y Vietnam (5%) están intensificando sus exportaciones para crear empleos productivos.

El Perú exporta menos de la mitad de lo que exporta una economía pequeña como el Salvador, teniendo una enorme capacidad productiva, el mejor algodón de fibra larga del mundo y un nicho de mercado reconocido por su productividad. Por eso, necesitamos medidas sectoriales para crecer, duplicar la mano de obra y los envíos en cinco años, y defender más de 400 mil empleos directos y 500 mil en la cadena de producción y comercialización del mercado interno.

El Indecopi debe investigar las importaciones de prendas, que registraron un crecimiento del 43.5% entre 2019 (prepandemia) y 2022, frente a la evidencia de precios predatorios en los principales productos de fabricación de las mypes, para aplicar medidas como antidumping o salvaguardias y defender al sector de un daño irreparable. Adicionalmente, impulsar las compras públicas, el crédito y la capacitación pueden ayudar a reactivar la industria y recuperar nuestra larga historia textil. Es momento de crecer como lo hacen los países que aprendieron la lección de la industrialización como estrategia para el desarrollo.

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