Ayer, en el marco de las investigaciones del denominado “caso Los niños”, el Ministerio Público allanó las viviendas y oficinas de 18 parlamentarios, incluida la de la segunda vicepresidenta del Congreso, Silvia Monteza Facho.
A esto se suma que el Legislativo sigue sin agendar la sesión para votar los informes de la Comisión de Ética que recomienda suspender a Luis Cordero Jon Tay, Enrique Wong Pujada, Elvis Vergara Mendoza y Jorge Flores Ancachi por motivos tan variados, como deplorables, entre los que se encuentran violencia de género, presionar para que designen a su asesor en una entidad pública y ser parte de la presunta red criminal, armada por Pedro Castillo denominada “Los niños”.
Estos dos hechos, además de frescuras y sinvergüencerías como lo del buffet de S/190, usar los viajes de representación para ir a celebrar fiestas de fin de año o visitar a sus familiares en otras ciudad, abonan a pésima imagen y los cada vez más bajos niveles de aprobación que ostenta el Parlamento.
Pero lo más peligroso es que con estas actitudes le dan fuerza a la retórica violentista que en los últimos día estamos viendo que se siente más envalentonada y ha llegado a extremos de ataques físicos contra las autoridades de todos los niveles. Es necesario que el Parlamento y sus integrantes tomen una decisión y empiecen a limpiar la casa porque podrían estar a punto de quedarse sin curul.