Esta semana Pedro Pablo Kuczynski anunció la incorporación del congresista Carlos Bruce y del médico Ciro Castillo Rojo a su comando de campaña. ¿Se le aflojó un tornillo al más firme aspirante a evitar que Alan García se meta en la segunda vuelta? Porque a ver, díganme, ¿qué tienen en común el hacendoso “Techito” con el figureti excandidato a la presidencia regional del Callao?

Kuczynski hace una jugada arriesgada (“¿Por qué abraza la Unión Civil que enarbola Bruce si la mayoría del país está en contra de ella?”, exclaman muchos de los que aguardan, sonrientes, su Waterloo político). Sin embargo, algo es cierto: si había que sumar adhesiones polémicas, qué mejor momento que este -¡a ocho meses de los comicios!- y no en la recta final y decisiva de la contienda.

Para PPK no será fácil mantener el segundo puesto en que hoy lo ubican las encuestas. Cualquier altibajo, normal en una campaña, será un “derrumbe” para sus adversarios. Es decir, todos lo que pretendan (no solo apristas) disputar la segunda vuelta con la única que parece tener asegurado su pase al balotaje: Keiko Fujimori.

Entonces, ¿qué le suma Castillo Rojo a PPK? Simple: en las elecciones regionales pasadas llegó segundo en el Callao con 21.3% de los votos. Lejos del 39.7% de Chim Pum Callao (que irá con Alan García), pero “solo-solito” tampoco llega. Ojo: Kuczynski ganó en el Callao en 2011, pero contó con operadores políticos (del PPC, César Acuña y Humberto Lay) que ya no estarán. En el caso de Bruce, además de su peso mediático está su capacidad para administrar la logística de la campaña, como antes lo hiciera para Alejandro Toledo. A ellos se sumarían Lourdes Alcorta y Juan Sheput, capaces de mantener a raya a los Mulder, Del Castillo y Velásquez Quesquén, quienes brincarán a la yugular de PPK en breve. Y también se vocea al exministro del Interior Gino Costa para hacer del combate a la delincuencia otra idea-fuerza de impacto.

Así, parece que de “loco” Kuczynski tiene muy poco. Sin embargo, será un durísimo partido y este recién comienza.