Hace unos días conversaba con unos amigos bien entendidos y nos preguntábamos quién podría ser un buen candidato a la presidencia. Tras un análisis aterrizado, coincidimos en que en los últimos años hemos tenido un derechista lobbista como PPK y luego pasamos a un izquierdista corrupto como Castillo. ¿Toca un centro moderado?

Veamos. Todavía está cruda la herida del técnico derechista que iba a modernizar el país con obras emblemáticas y la llegada de súper funcionarios de alto nivel con una visión de país vanguardista. Sin embargo, nos tiramos un portazo porque los tecnócratas no operan de manera política, ni social, todo lo ven cifras, monetización y amiguismo.

Luego, nos fuimos a las antípodas con el ignorante de la izquierda radical, un tipo que no iba a cerrar brechas sociales sino familiares. Entonces, ya las masas se dieron cuenta de que una cosa es marchar contra el sistema y otra, muy remota para sus capacidades profesionales, aplicar reformas a favor de las grandes mayorías.

Por lo tanto, un político de centro, con un plan integral que ambicione reducir las desigualdades económicas y potenciar la inversión privada es lo que necesitamos en estos días de crispación social. En realidad, estamos hartos de que nos vendan la fórmula barata de sacarnos de la pobreza y terminar alimentando corruptos.

TAGS RELACIONADOS